A cuatro años de la explosión de la Escuela Nº 49, la vicedirectora y el auxiliar de portería se convirtieron en un símbolo de lucha. Su imagen nos devuelve la tragedia producida por la desidia y desinversión de un Estado neoliberal, pero también marcan el camino de lucha por escuelas dignas y seguras. La subsecretaria de Educación, Cynthia Muñoz, y la presidenta del Consejo Escolar, Sonia Beltrán, dialogaron con Moreno Primero sobre las diferentes concepciones de la Educación Pública por parte de dos gestiones radicalmente diferentes, los hechos empíricos que expresan sus resultados y el camino a seguir.
Se cumplen cuatro años de la tragedia en la Escuela Primaria Nº 49 “Nicolás Avellaneda”. El 2 de agosto del año 2018, una pérdida de gas produjo la explosión que se llevó la vida de la vicedirectora y el auxiliar de portería, Sandra Calamano y Rubén Rodriguez, y conmociona al país.
La comunidad educativa denunció la inoperancia y el abandono por parte del gobierno de María Eugenia Vidal ya que, en los meses previos, el establecimiento había realizado reiterados reclamos por fugas de gas ante el Ministerio de Educación provincial, sin obtener respuesta de las autoridades.
Desde Moreno Primero nos comunicamos con la presidenta del Consejo Escolar, Sonia Beltrán, y la subsecretaria de Educación, Cynthia Muñoz, quienes dieron cuenta de una desidia de la educación pública notoria desde el año 2015, el cambio radical producido en el año 2019 con la victoria del Frente de Todos a nivel local, provincial y nacional, la nueva concepción del Estado de la Educación Pública, y el advenimiento de inversión, obras articulación entre diferentes esferas del Estado, y una progresiva mejora en materia educativa.

Estado Neoliberal y desinversión en educación (2015-1019)
Producto de una pérdida de gas, la escuela Nº49 “Nicolás avellaneda” explotó aquel 2 de agosto, y no por casualidad. La desidia del Estado provocó problemas de infraestructura enormes, que abarcaba a la gran mayoría, sino todas, las escuelas del distrito, y la comunidad educativa alzaba su voz, pero no eran escuhados.
Debida cuenta da Sonia Beltrán, presidenta del Consejo Escolar, quien asegura que “cuando nosotros asumimos la gestión en Consejo Escolar, pudimos ver en el registro de cuentas bancarias que previo al 2 de agosto no había giro de dinero de ningún tipo de fondo para inversión o mantenimiento de edificios y los servicios necesarios para ellos, y eso habla de un Estado ausente, descomprometido, ponía a la educación en el último lugar, y creo que no es que no se podía, sino que había una decisión política de no hacerlo”, y agrega, “así como desaparecieron ministerios, estuvimos muy cerca que desaparezcan el de Educación también”.
La presidenta del Consejo Escolar recuerdas las frases que se escuchaban en aquel entonces: “desde la pobreza no se llega a la universidad”, o “caer en la universidad pública», y considera que esas “eran frases que demostrabas las acciones: desinversión y falta de interés por todo lo que significa la educación pública, no sólo en cuestiones de infraestructura, de escuelas y equipamiento, sino en la cuestión de programas y planes pedagógicos, como fue en su momento también la reforma del diseño curricular, de los contenidos conceptuales y primordiales que se debían dictar en cada una de las modalidades”.
Si la falta de inversión que se deja ver a simple vista en cada edificio educativo abandonado por la gestión anterior no es suficiente para dar cuenta de un Estado que decidió desinvertir y colocar en último a la educación pública, la subsecretaria de Educación recuerda “algo que le llamó la atención” al asumir la gestión: “Los equipos directivos nos agradecían que “atendíamos el teléfono o respondíamos los mensajes”, porque durante mucho tiempo se encontraban resolviendo todas las situaciones complejas de sus escuelas en completa soledad.” Beltrán, que fue directora de escuela en Moreno, ratifica lo dicho por Muñoz cuando habla “del maltrato recibido por otras gestiones que yo he vivido en carne propia”.
Sandra y Rubén presentes, ahora y siempre
Desde el 2 de agosto del 2018, Sandra y Rubén se convirtieron en banderas de lucha. La desidia del Estado se había llevado excelentes profesionales, pero sobre todo excelentes personas, incluso en términos políticos: Sandra había peleado para no vaciar el programa de coros y orquestas del Bicentenario, mientras que Rubén luchó por los centros de formación profesional porque no querían que pasen a la órbita del Ministerio de Trabajo; ambos lucharon contra el ajuste neoliberal. Estaban tan comprometidos con la educación, que fueron, ese 2 de agosto, los primeros en llegar a la escuela para prepararles el mate cocido caliente a los estudiantes.

Es por eso que “la memoria se mantiene vigente”, explica Sonia Beltrán, quien asegura que “el fallecimiento de Sandra y Rubén es consecuencia de un Estado ausente, que decide desinvertir en educación, a pesar de los reclamos que se venían realizando en los años previos”. Por tanto, la tragedia de la escuela Nº 49 “fue y es un antes y un después para todos y todas porque dejemos de naturalizar lo que nosotros como comunidad educativa hacíamos, cuando la responsabilidad de hacer, siempre fue del Estado”. Así las cosas, “nada va a ser igual y nada es igual, y a su vez, nada da lo mismo, ni nada es lo mismo desde aquel día” expresa quien también fue directora suplente de la escuela Nº 57 cuando sufrió un incendio, y las obras durante la gestión de Vidal quedaron paralizadas.
Por su parte, Cynthia Muñoz considera “es importante mantener viva la memoria de Sandra y Rubén porque tiene que haber justicia” ya que “han pasado cuatro años y los responsables del asesinato laboral de ellos aun no fueron juzgados”, y agrega, “sus muertes no fueron un accidente, fueron parte de un plan de ajuste que llevaron adelante desde el Estado Neoliberal desde el 2015 hasta el 2019”. Además, “mantener viva su memoria es seguir luchando, trabajando y organizándonos por escuelas dignas y seguras, por eso es tan importante la unidad en nuestro distrito, porque la lucha tiene que ser colectiva, porque de esa manera demostramos que se puede”, asevera Muñoz.
Cambio de gobierno, cambio de concepción de la educación (2019 – actualidad)
En el año 2019 el Frente de Todos gana las elecciones a nivel local, provincial y nacional. Militantes, vecinos y vecinas de Moreno, habían estado en Morenazo, en el acampe, pidiendo por escuelas dignas y seguras. Organizaciones sociales, políticas, gremiales, y sindicales, forman parte de la nueva gestión que deja ver a un Estado con una concepción diferente de la Educación Pública.
Cynthia Muñoz es categórica: “Lo que cambio desde el 2019 en adelante es la decisión política de Mariel Fernández sobre la educación, ésta es una prioridad y no son solo palabras, lo vemos en los hechos de cada día, en la inversión que hacemos del fondo educativo desde el municipio, en las obras de ampliación, de refacción integral, la compra del mobiliario, las salidas educativas, etc. y todo el trabajo que se realiza junto a la Provincia de Buenos Aires a través de la Jefatura Distrital, Consejo Escolar, los gremios y toda la comunidad educativa. También con el acompañamiento de Nación, que garantizó la compra y entrega de libros, la continuidad del plan conectar igualdad y que se entreguen notebooks en las escuelas.»
Sonia Beltrán también coincide en que “hay una decisión local, provincial y nacional donde la educación se ubica en primer lugar” y asegura que se puede comprobar, “con la cantidad de obras que se han ejecutado”
Esa articulación se da de forma horizontal y vertical. “Puntualmente en lo local, hay una articulación muy importante con la Secretaría de Educación y de Obras Públicas y con las delegaciones de las zonas que hacen el mantenimiento de las escuelas”, indica Sonia, y esto se da porque “acá en Moreno a nuestra intendenta Mariel Fernández le interesa y pone todo su acento en el trabo en articulación y en el seguimiento de todo lo necesario para nuestras comunidades educativas”.

También existen los espacios donde se consensuan las obras con la Secretaría de Infraestructura de la provincia, con la Dirección Provincial de Consejos Escolares, y territorialmente con Obras Públicas, con Educación, y con la intendenta. Por ello, Beltrán asegura que “hay una comunicación constante, y hay un conocimiento de territorio, de caminar y de escuchar los pedidos, las urgencias, y de qué es lo que nos falta; porque si bien falta mucho, hay un compromiso constante de acompañar y conocer”. Más aún, “nadie puede negar que en lo que se hace hay una transparencia de informar continuamente que es lo que se hace con cada fondo y de cuánto es la inversión”.
El camino incluye la osadía, tal como lo indica la presidenta del Consejo Escolar, de “recuperar esos años de desinversión de otras gestiones, y recuperar la dignidad de la escuela pública, porque nos hemos cansado, como he dicho, del maltrato de otras gestiones”, y “hoy me toca estar en un lugar en que estamos haciendo todo lo posible para darle otra cara al Consejo Escolar y donde se estudia y se conversa y se escucha a los centros de estudiantes, a las familias, a los directivos, a los inspectores, y debe ser así, aunque por muchos años no lo fue”. Así, resalta que el trabajo en articulación, “es obviamente con convicciones políticas claras para seguir garantizando los derechos, lo que nos falta, y seguir cumpliendo con las deudas que hay con nuestras comunidades y atendiendo los derechos de nuestros pibes y pibas”.
Esa articulación, planificación, concreción de obras “es el trabajo que vamos a continuar haciendo, de forma comprometida y felizmente” afirma Sonia Beltrán, “porque la verdad es que cuando uno tiene un conocimiento de todo lo que se va haciendo y de lo que falta, continúa proyectando con el otro en una mesa de trabajo con acompañamiento de provincia y nación, y con el interes de saber lo que falta y por donde vamos”.
			




