sábado, junio 14, 2025
Nacional

Continúa el conflicto entre profesionales del Hospital Garrahan y el Gobierno nacional

Pese a la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Capital Humano, residentes y profesionales del Hospital Garrahan sostuvieron el paro de este jueves y realizaron una movilización hasta la sede del Ministerio de Salud en reclamo de mejoras salariales y condiciones laborales. La jornada concluyó con una reunión con funcionarios de la cartera sanitaria, que si bien no ofrecieron un aumento de sueldo, dejaron abierta la posibilidad de otorgar un bono extraordinario.

La medida de fuerza fue impulsada en respuesta a la fuerte pérdida de poder adquisitivo que viene afectando a los médicos desde la asunción de Javier Milei. De acuerdo a datos difundidos por los trabajadores, un residente percibe actualmente $797.000 mensuales por una carga laboral que puede superar las 70 horas semanales, lo que representa apenas $2.846 por hora. Según señalaron, eso implica una caída del 53% en términos reales en comparación con diciembre de 2023.

La reunión, que se llevó a cabo el miércoles por la tarde, estuvo encabezada por el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud, Roberto Olivieri Pinto. Si bien no hubo avances concretos, los representantes de los residentes y médicos destacaron la necesidad urgente de recomponer los ingresos. Además, convocaron a una nueva asamblea el próximo martes 3 de junio para evaluar los pasos a seguir, a la espera de una propuesta formal.

Desde el Gobierno, en cambio, se insiste en que el problema del Garrahan no es de financiamiento, sino de mala administración. Así lo expresó en redes sociales la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, quien remarcó que el hospital “tiene 953 empleados administrativos y solo 478 médicos de planta”, lo que, según la funcionaria, demuestra un uso ineficiente de los recursos disponibles. “La medicina no puede sostener una estructura donde la burocracia pesa más que la salud de los chicos”, sentenció.

El conflicto se produce a días de que entre en vigencia un nuevo sistema biométrico para controlar el presentismo, medida que el Gobierno considera clave para “romper con privilegios” en la planta administrativa. En ese marco, desde el oficialismo sostienen que algunos sectores están “politizando” la protesta para resistir cambios estructurales en la gestión del hospital.

Pese a las acusaciones cruzadas, los profesionales de la salud del Garrahan insisten en que el reclamo no es político, sino laboral. “Estamos pidiendo sueldos dignos y condiciones de trabajo sostenibles para poder garantizar la atención de los pacientes. Hoy el sistema está en crisis”, afirman.