domingo, marzo 16, 2025
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Almacenes de Barrio: un programa que va más allá de abaratar costos y brindar precios accesibles

Según un informe del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi), la canasta básica de alimentos aumentó más de 100% durante los primeros meses del gobierno de Javier Milei, los únicos que continúan ganando son las grandes empresas agroalimentarias, y a la crisis económica se suma el desmantelamiento del Potenciar Trabajo. Frente a este escenario, desde el Municipio de Moreno impulsan “Almacenes de Barrio”. Esta política pública, “además de defender el consumo de alimentos y productos de primera necesidad, busca fortalecer y construir, relaciones sociales de producción de distribución y de consumo, donde no exista la explotación de las y los trabajadores, y donde los beneficios económicos se distribuyan equitativamente en los diferentes eslabones de las cadenas productivas”, explica el coordinador de Economía Popular del Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local (IMDEL) de Moreno, Santiago Burrone, y agrega: “Estamos proponiendo una economía alternativa al modelo que, a través de una supuesta libertad, excluye a los sectores populares, ocasionando hambre y miseria”.

Esta política es impulsada atendiendo a un contexto particular. Según el ISEPCi, la canasta básica de alimentos aumentó más de 100% durante los primeros meses del gobierno de Javier Milei, siendo los productos de almacén el rubro que más subió entre los alimentos (110,%). “Nos encontramos en un momento donde por sexto mes consecutivo se vio una caída en el consumo, pero las grandes empresas agroalimentarias siguen aumentando sus beneficios económicos”, explica Burrone. 

A partir de ello se impulsa este programa que, por un lado, “busca garantizar el acceso a los alimentos de la canasta básica en los barrios, acortado la distancia entre las y los productores y consumidores”. Así, en esta primera etapa, se comercializan los siguientes productos: aceite por 900 ml a $ 1350; arroz por 1 kg a $ 1600; fideos por 500 g a$ 600; tomate perita por 400 g a $ 700; harina 000 por 1 kg a $ 700; yerba por 500g a $ 1350; azúcar por 1 kg a $ 750; galletitas surtidas por 350 g a $ 750; galletitas de agua 3 paquetes a $ 700; y ½ de huevos a $ 850. Y por el otro, esta política no sólo ofrece dichos productos a precios accesibles, sino que además: “Los puntos de venta son llevados a cabo por ex titulares del Potenciar Trabajo, programa que fue desmantelado por el gobierno nacional y desde la gestión de Mariel queremos reivindicar, y acompañar a aquellas y aquellos trabajadores”, detalla el coordinador de Economía Popular del Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local.

La propuesta, implementada desde la Coordinación de Economía Popular del IMDEL, además contempla una distribución estratégica porque, tal como lo expresa Burrone: “Es de suma importancia el despliegue territorial de este programa, ya que rápidamente se llegaron a abrir 30 almacenes de barrio, en 30 barrios del distrito. De esta manera, tenemos una proyección de seguir aumentando la cantidad de almacenes, alcanzando más de 100 para fin de año, y buscando incidir y garantizar una formación de precios justa para los vecinos de Moreno”. 

Desde el IMDEL se encargan de la articular la ubicación de los Almacenes de Barrio, y, además: “El Municipio firmó un convenio de colaboración con la RECOOP, que es la cooperativa que distribuye alimentos, entre otros productos, de empresas recuperadas de todo el país. Es importante mencionar que estos alimentos son producidos por fábricas y cooperativas levantadas por los/as trabajadores/as y el Municipio administra el centro de acopio y la distribución en el territorio”, especifica Burrone. 

Los alcances de esta política pública son amplios porque “además de defender el consumo de alimentos y productos de primera necesidad, busca fortalecer y construir, relaciones sociales de producción de distribución y de consumo, donde no exista la explotación de los/as trabajadores/as, y donde los beneficios económicos se distribuyan equitativamente en los diferentes eslabones de las cadenas productivas. De esta manera, estamos proponiendo una economía alternativa al modelo que, a través de una supuesta libertad, excluye a los sectores populares, ocasionando hambre y miseria”, afirma Burrone y concluye: “Esta política es mucho más que abaratar costos y llegar con precios accesibles a los barrios; se construye una lógica de articulación entre el pueblo productor y el pueblo consumidor, constituyendo una estrategia pueblo a pueblo”.