sábado, junio 14, 2025
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El Eternauta, las y los Juan Salvo de cada día y la comunidad organizada en Moreno

A diferencia de lo que suelen mostrar las películas o series posapocalípticas de Estados Unidos, donde los héroes suelen ser individuos aislados, en su mayoría hombres, que salvan al mundo gracias a una capacidad superior a la del resto, en la serie furor y adaptación del cómic El Eternauta, el héroe es siempre colectivo.

Son hombres y mujeres de a pie que se unen ante una adversidad desconocida para salvar vidas. Es la comunidad organizada, fundada en las tradiciones, los códigos y la confianza.

Lo que ocurre en la serie, de alguna manera, sucede también cotidianamente ante las adversidades en cualquier barrio morenense. El enemigo no es la nieve tóxica ni los escarabajos gigantes, sino la imposibilidad que enfrentan muchas familias para poner un plato de comida sobre la mesa. A pesar de esto, las soluciones se construyen sobre la misma lógica: comunidad, solidaridad y organización.

Muchas veces, esos “Juan Salvo” que se animan a salir primero, a pesar del miedo, son mujeres, grupos de jóvenes, clubes de barrio o centros de jubilados.

En esa lucha cotidiana de cada día hay ejemplos para destacar en Moreno: el enorme trabajo de las promotoras de género “Micaela García”; la contención que se brinda a los jóvenes en situación de consumo en los dispositivos “Casa Pueblo”; los espacios que reivindican la cultura local y abrazan a los jóvenes artistas, como el Festival Urbano que se celebra cada año; la recuperación de la obra de Molina Campos como ejemplo clave de la importancia de reivindicar lo propio; o el cuidado de la Casa Común, en sintonía con el mensaje de Francisco, traducido en acciones concretas como la puesta en valor del Distrito Ecológico Roggero.

El Museo Malvinas también aporta al ejercicio de mantener viva la memoria sobre la gesta histórica y la importancia de la defensa de nuestra soberanía. Los polideportivos municipales, el rol de las parroquias y los curas que acompañan al pueblo desde la fe y la liturgia, pero también con acciones solidarias, concretas y terrenales.

A esto se suma el trabajo diario de las y los docentes morenenses, que llevan como bandera a dos héroes colectivos: Sandra y Rubén.

En Moreno, la comunidad heroica se funda sobre una organización social y política histórica, única y destacada en toda la provincia, que desde hace cinco años, además, cuenta con el respaldo de un Estado local nacido y fortalecido a partir de la organización social con fuerte anclaje territorial.

Porque, aunque nos quieran vender recetas donde el individuo y el lucro son la base de todo, en Moreno sabemos que la felicidad se sigue construyendo con el otro. Y, como diría el Tano Favalli: “Lo viejo funciona”.